jueves, 28 de noviembre de 2013

Cuaderno de Cafetería: Capítulo 1.

No se si alguien me sigue, pero últimamente escribo muchas gilipolleces en Facebook y muchas de ellas a veces se deshumanizan al poner tantas tonterías.

Escribo esto, porque para el que no lo sepa estoy trabajando con dos niños con dificultades en colegio. Puede parecer un trabajo nimio, pero para nada. Es bastante duro.

Uno de ellos me esta costando mas trabajo de lo normal, ya que es un caso delicado. Tenemos un caso de chaval en familia desestructurada con una depresión que no es normal para su edad. Y como yo soy un experto en depresión (si, estoy deprimido, ¿pasa algo?) pues mas o menos nos entendemos bien.

Estoy particularmente orgulloso del trabajo que desempeño con él, porque básicamente lo que soy, es un hermano mayor, tanto para lo bueno como para lo malo. Gracias a mi ejemplo de superación y lucha estoy intentando hacer darse cuenta a un chaval que la vida sigue adelante y que merece la pena sufrir en el colegio para llegar a ser algo.

Deportista brillante, genio matemático, una sonrisa que cuando sale a la luz conquista, con sentido de la justicia y de la honestidad. No tiene perspectiva, ni motivación. Hay algo que le impide continuar y que todo lo que hace le sepa a poco. Tiene un bloque de cemento en las narices y no es capaz de ver mas allá. Todo esto me suena y me es familiar, excepto lo de las matemáticas y el deporte.

¿Por qué será que esto me suena de algo? ¿Es mi reflejo el que estoy viendo en un niño de 14 años?

¿Como es posible que las cosas cambien de perspectiva si te adentras en él? ¿Por qué se hace a veces tan fácil entender su rabia y su impotencia?

Me respeta, me escucha, y muestra interés por saber todo lo que le digo. Ve mas allá. ¿Quizás sea porque en el fondo quiere salvarse de algún modo?

Lo único que sé, es que un niño de 14 años, muestra mas humanidad, mas comprensión y mas amistad que muchos de vosotros, salvajes, que estáis ahí observando y que eximís de responsabilidad a todo el mundo para salvar vuestro pellejo.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Apuntes rápidos

Voy en el metro y suenan los Toundra. Me da rabia escucharlos. ¿Por qué? Porque nunca me escuchaste cuando te dije que te gustarían. Y te pones a recordar y piensas si realmente alguien me escucha...

¿Hay alguien ahi? Es mentira, nadie esta ahi.