Era un día cojonudo. Dos gandules venían a verme a Roma y como no, había que hacer un Tour turístico y acabamos en el Ghetto.
Lo cómico de la situación, aparte de sus tirabuzones y barbas, fue que tuve hambre, y quería comer algo por allí. Todo el mundo me decía que no tenia nada, incluso las tiendas de alimentación que se dedican a ello!!!
El colmo fue cuando entre en una panadería a rebosar de gente, y todos se giraron para verme y ponerme cara de pocos amigos...
Una y no más.
Os dejo, magno documento.
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Grande!!!
ResponderEliminar"Que vivan los judíos chaval"
Qué sociables, qué majos y qué endogámicos.
ResponderEliminarEn realidad quieren crear una especie nueva, además nunca han sido muy proselitistas...